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OctInauguración del congreso “Displaying Human Rights” (Abril 2014, LAIC, Columbia U)
The following are my opening remarks for the Conference Displaying Human Rights, held on April, 25-26, 2014, at the Department of Latin American and Iberian Cultures, Columbia University.
Al leer el modo en que este congreso se anuncia al mundo, sentí de inmediato una enorme sed. La frase que más sed me dio fue la siguiente, que traduzco directamente del inglés: “A través de una serie de casos concretos, los conferenciantes analizarán la tensión entre la reconciliación post-dictatorial y la disensión estética; es decir, la interacción entre la conmemoración reparativa y las reivindicaciones colectivas por una justicia social.” Esta frase sugiere que la reconciliación post-dictatorial y la conmemoración reparativa están en pie de igualdad recíprocamente, y que, de este mismo modo lo están también la disensión estética y las reivindicaciones colectivas por una justicia social. Las implicaciones de este paralelismo, de las interacciones entre los dos colectivos, la dialéctica entre reparación a través de la conmemoración y de la reivindicación de justicia social a través de la disensión estética, o la propia idea de que la disensión estética se expresa colectivamente, todo ello, digo, me produce una extraordinaria sed. La sed es, en este caso, una sinestesia, pero una muy frecuente en el campo semántico de la intriga intelectual: si tengo sed es sencillamente porque necesito saber más. Necesito que, caso por caso, los distintos intelectuales y académicos que se reúnen en este congreso, vayan apagando esta sed de conocimiento. Sé que es más bien una sensación hidrópica, y que por más que vaya bebiendo, la sed no hará más que incrementarse. Quevedo inventó una palabra para aludir a la sensación de sequedad que quedaba después de beber abundantes libros –libropesía. Convenientemente adaptado al caso presente, es lo que se espera de un congreso como el que ahora da comienzo. Estoy convencido de que no decepcionará lo más mínimo.
Hay otro campo semántico que me fascina relativo a los Derechos Humanos. En inglés, como en otras lenguas, los derechos humanos son objeto de observación. Observar, aquí, tiene dos sentidos: el de respetar, por supuesto, pero ese es solo el segundo que viene al diccionario; el primero, sin embargo, tiene mucho que ver con este congreso. El latín “observo” es mirar con enorme atención. Pero mirar es un verbo de acciones complejas. Por ejemplo, la agencia que se encarga de averiguar las maneras en que los estados infringen los derechos humanos es “Human Rights Watch”, es decir, se encarga de mirar por los derechos humanos. Parece que las leyes, y los derechos humanos en particular, están ligados a la cultura visual, a la vigilancia –cuya etimología es la mirar mientras se está despierto. ¿Es el arte contemporáneo –o cualquier otro arte contemporáneo– un tipo de vigilancia de los derechos humanos –“al sueño de la vida habla despierto”? Por otro lado, ¿qué son los derechos humanos cuando el órgano de visión, la observación o la vigilancia es eso a lo que llamamos arte? ¿Cuáles son las relaciones entre la observación en el arte y la observación de los derechos humanos? ¿Es el mismo tipo de cultura visual? ¿Cuáles serían las consecuencias políticas de la articulación de este campo semántico?
Son solamente unas pocas preguntas que alguien puede plantearse al acercarse a un congreso sobre “Exhibir, o mostrar los derechos humanos”. Las distintas ponencias de esta reunión van a enfrentarse a algunas de estas cuestiones. Durante los próximos días, la Casa Hispánica será un poco el espacio desde el que exhibir las estrategias visuales, creativas, e institucionales que combinan la reflexión teórica sobre los derechos humanos con la reflexión estética. En nombre del departamento quiero dar las gracias a todos, empezando por nuestro colega y amigo Joaquín Barriendos, y por todas aquellas personas que han colaborado en la organización de este coloquio –Hernán Díez, Luis Carlos Fernández, Eunice Rodríguez Ferguson–. Así a quienes han venido un poco de todas partes hasta esta sala de conferencias, gracias, pues, y bienvenidos.